Griezmann y Griezmann
El Atlético de Madrid salía a
Riazor con la tranquilidad que daba el saber que el Valencia acababa de perder
su partido con el Barcelona, luego pasase lo que pasase seguiría siendo tercero
en la clasificación, pero con la responsabilidad del que sabe que un triunfo
otorga la tranquilidad necesaria como para afrontar el tramo final de
temporada.
El partido además era
incómodo por su situación entre los partidos de Champions, con la posibilidad
de que algunos jugadores pensasen indirectamente en el partido del miércoles.
Afortunadamente Griezmann no entiende de treguas, muy pronto decidió que esto
había que encarrilarlo con uno de los goles de la temporada, que si fuese otro
jugador el que lo marcase hoy hubiese abierto los telediarios, pero como el que
lo hace viste a rayas rojiblancas... la jugada venía de un corner, parecía
haber perdido su mayor peligro después de un despeje, el balón dividido en la
frontal del área que impulsa un rojiblanco hacia el francés en un aparente
fuera de juego (3 metros por delante) de la defensa, pero había un defensor
coruñés enganchado en el lateral del área que habilitaba al delantero, la
resolución de la jugada ya la conocen, tijera-chilena que evita a Fabricio y
entra en la portería. Mazazo para un Deportivo que debía remar a
contracorriente.
El Atlético siguió a lo suyo,
manteniendo la compostura sin pasar apuros ante un rival que tampoco tenía muy
claro cómo lograr llegar a la meta de Oblak, tan solo balones colgados que eran
un regalo para Giménez-Godín o para que el propio portero atrapase sin mayores dificultades.
Sin grandes alardes llegó el segundo gol, saque de banda de Gámez que no
acierta a despejar Sidnei y que le llega a la altura del punto de penalty a
Griezmann, controla con el pecho y dispara seco junto al palo para marcar el
segundo. Todo indicaba que el partido iba a ser plácido. Sin embargo todo se
fue torciendo desde la expulsión de Simeone, desconozco si dijo algo o si
simplemente se debe a una manía especial de Borbalán, pero el argentino se
marchó a la caseta tras protestar una falta a Griezmann casi al borde del
descanso, el equipo hasta ese momento se había desgastado poco física y
mentalmente.
Del descanso volvió el Deportivo
con ganas de más pelea y al Atlético más pasivo, dejando que llevaran el peso
de la posesión y limitándose a buscar el contragolpe como única vía de ataque.
En ese terreno pudo Griezmann sentenciar con el tercero, pero los fueras de
juego justísimos y el buen hacer de Fabricio lo impidieron. Pronto salieron
Jiménez y Torres por Griezmann y Arda, pensando ahora sí claramente en ahorrar
esfuerzos de cara al miércoles. Los dos tan activos como desacertados, gozaron
de una cuádruple ocasión que desperdiciaron, primero Jiménez la estrelló en
Fabricio, después fue Torres el que con la posibilidad de picarla en el rechaza
la volvió a tirar contra el muñeco, el tercer rechace le quedó a Raúl García
que de nuevo la tiró al cuerpo de Fabricio, por último Jiménez la pegó junto al
palo pero en esa ocasión la sacó un defensor a corner. Increíble que no se
lograra el tercero.
Cosas del fútbol, del posible
0-3 se pasó al 1-2 en una jugada de Sidnei que más que un central parecía un
extremo, yéndose de tres llegando a línea de fondo y poniendo un balón de oro
en la cabeza de un Oriol Riera que no desperdició. Quedaban 15 minutos de
tensión y nervios, la cercanía en el resultado daba alas a un Deportivo que
veía posible el empate. De hecho hubo dos jugadas en las que se pasó miedo, un
cabezazo que se perdió por poco y una jugada de estrategia que se embarulló,
afortunadamente se logró amarrar el resultado y los tres puntos.
Con la derrota de hoy del
Sevilla la jornada ha salido redonda, el Atlético tiene a 6 puntos a los
andaluces (que son 7) que le permiten casi asegurar la cuarta plaza a falta de
6 jornadas, y a 4 puntos a los chés. Lo próximo es amarrar las semifinales de
Champions, pero para eso habrá que esperar al miércoles.