El Atlético de Madrid ha
conquistado su décima liga en el territorio hostil, en casa del rival por el
título y con la necesidad imperiosa de rascar un punto para cantar el alirón,
lo consiguió. Pero no ha sido nada fácil, como tampoco lo ha sido la temporada
en sí, llena de triunfos labrados a base de esfuerzo, respeto por el rival y
dosis de calidad, porque este equipo la tiene por más que les vendan los
voceros como unos tipos limitados, los Koke, Arda, Filipe, Costa, Miranda,
Godín, Gabi, Diego, Sosa, Adrián, Villa... saben bastante de fútbol, no son
unos pobres picapedreros sacados del inframundo.
Este equipo ha ganado en el
Bernabéu, en San Mamés, en el Pizjuán, Anoeta, Mestalla... campos
complicadísimos, en algunos de ellos no han sido capaces de ganar Madrid y
Barcelona, demostrando que este equipo es tan fiable a domicilio como en casa,
donde los números dicen que no se ha perdido ni un sólo partido. Quedaba la
visita al Camp Nou, quizá el campo más difícil de todos, donde el equipo más
laureado de la última década esperaba con la intención de retener un título de
liga que les sabría a gloria después de un año convulso.
El Atleti salió valiente,
mirando a la cara al rival e incluso disputando la posesión (inteligente) del
balón, queriendo tocar con criterio y buscar la portería de Pinto. De tal
manera llegaron las primeras ocasiones, llegando por banda izquierda hasta
línea de fondo e intentando que algún rematador llegase por el centro. Piqué
veía la amarilla y el Atleti metía miedo, un gol nuestro complicaba muy mucho
las opciones blaugranas.
Pero la historia a veces es
retorcida, ésta quiso que en una contra peligrosisíma (3 para 3) Koke cediese a
un Costa que se rompía en el sprint, se echaba la mano a los isquios y caía al
suelo teñido en lágrimas, él sabía que se perdía el partido y la final de
Lisboa, baja importantísima. Sin tiempo casi para asimilar lo sucedido, con
Adrián ya en el campo en un cambio que estaba cantado ya que media semana había
entrenado con la dupla asturiana en el ataque, llegó el infortunio de Arda, una
jugada que no revestía mayor peligro, salida de balón del Atleti tras corner
azulgrana, el turco intenta zafarse de Fábregas y éste le propina un golpe a la
altura de la cadera que le deja seco, cae al suelo y golpea con fuerza el
césped. Se había roto. Intentó levantarse, seguir jugando, pero cayó otra vez y
ya no se volvió a levantar, más lágrimas para un equipo que se desangraba poco
a poco, quedaban 65' de partido y sólo un cambio (había salido RG por él).
Entretanto, el Barcelona no
inquietaba la meta de Courtois, se podría decir que el equipo vivía cómodo
dentro del partido, incluso era Gabi el que sufría las entradas duras y no al
revés como se suele vender, en este caso fue Messi (el bien pagao) el que cazó
al capitán mereciendo una tarjeta naranja que quedó en una simple falta.
Entonces llegó el mazazo, una jugada que no revestía mayor peligro con Messi
controlando con el pecho de espaldas al arco, el balón que se va largo hacia la
zona de Alexis, dos jugadores haciendo pantalla a Thibaut y un derechazo del
chileno que se cuela con violencia por la escuadra. El campo se vino abajo, en
esos momentos era el Barcelona el virtual campeón.
En los siguientes minutos
Mateu se dedicó a repartir tarjetas a los rojiblancos, estábamos en el
territorio que mejor se maneja el conjunto del Tata, con superioridad en el
marcador y la posibilidad de controlar la posesión y dejarse caer al suelo en
cuanto sufres la presión del contrario en la nuca. Debo reconocer que durante
unos minutos dejé de creer, demasiados golpes sufridos en poco tiempo, aunque
la "victoria" estuviese a un solo gol. Algo pasó en los vestuarios,
concretamente en el Atlético, sabemos del poder motivador del Cholo, un genio
en saber transmitir confianza, serenidad y ese plus de energía a los suyos, lo
que les dijo algún día lo sabremos, el caso es que en la segunda parte se
comenzó como en la primera, con un Atlético que buscaba con ahínco la portería
de Pinto, no con la verticalidad que el que no ve al Atlético cree que tenemos
sino con la asociación precisa y adecuada, balón al medio, apertura al lateral,
éste al interior, vuelta al centro y de ahí al delantero o se devuelve la
pared, ni es fútbol directo ni tampoco se basa en dar 50 pases antes de llegar
al delantero, así llegó el balón a un Villa que se encontró con su enemigo más
habitual este año, el poste. Si no fuese por los palos, el Guaje llevaría más
de 20 goles en Liga y todo habría sido más sencillo (para empezar, al Málaga se
le habría ganado). La tuvo a renglón seguido, pero esta vez controló y cayó
antes de impactar un remate en el punto de penalty.
Y así se llegó al punto
álgido del partido, saque de esquina al que acude Gabi, saben que el Barcelona
está sufriendo a balón parado y ésta es una ocasión única de aprovechar esa
debilidad, suben Miranda, Godín y todos los hombres fuertes por alto, la
defensa azulgrana comete un fallo imperdonable, Piqué se empareja con Villa en
el primer palo, Busquets por el centro parece quedarse con Tiago, Miranda y RG
se quedan junto a Godín más retrasados para entrar al remate sin que haya
hombres fuertes para cubrirles (Mascherano, Fábregas y Alexis), Godín da dos
pasos hacia atrás y se queda sin marcar, Raúl y Miranda entran hacia la
portería y arrastran a los marcadores culés que no se percatan que el que entra
al remate como un toro es el charrúa, el resto ya lo saben, cabezazo picado que
bota y entra sin que Pinto pueda evitarlo. Golpe psicológico al Barcelona que
recibía un gol al inicio del segundo tiempo sin que se le hubiese visto jugar.
A partir de ahí, el Atlético
asumió menos riesgos en el ataque y se dedicó a defender fuerte, decía Martino
que en todos los partidos contra el Atleti había ido por detrás en el marcador
y que sólo faltaba probar ir por delante para desplegar su juego, en este
partido se dio esa circunstancia y no supieron aprovecharlo, quizá no era ése el
problema. De vuelta a la situación inicial, el Barcelona tuvo verdaderos
problemas para crear peligro, con Messi desaparecido recurrieron a Neymar y
Xavi, que tampoco dieron la vuelta de tuerca necesaria, los centros de Alves al
área y los disparos lejanos eran el mayor peligro de los culés, en uno de esos
centros llegó el gol de Messi que fue anulado por fuera de juego, y en uno de
los disparos tuvo que sacar una mano Courtois para despejar a corner. El Atleti
intentaba matar el partido a la contra, pero a Villa le falta velocidad y
Adrián tuvo que salir para dar entrada a un Sosa que debía dar mayor
consistencia al medio más que buscar la contra.
Con el pitido final se puso
el colofón a una temporada larguísima en la que desde mediados de agosto hemos soñado
con hacer algo importante, recuerdo a Juanma o Lalo hacer cuentas cuando salió
el calendario con este partido (al César lo que es del César) y creyendo que se
podía llegar con opciones de campeonar, también recuerdo al propio Juanma
reservando hotel en Lisboa en octubre (corrígeme si me equivovo) porque CREÍA
en este equipo. Nos hemos dejado la garganta, los nervios y las uñas, hemos
recorrido etapas duras, algunas con un éxito rotundo que era impensable, hemos
perdido a unos cuantos atléticos por el camino, algunos ilustres y otros
personas anónimas como lo era mi abuelo, como el compañero de Juanma... todos
ellos empujando desde arriba para devolver a este equipo donde merece, pelear
los títulos hasta el final e incluso ganarlos, un equipo que poco a poco recupera
grandeza a base de títulos, salvo en 2011, desde 2010 se han ganado 6 títulos y
se van a jugar otras dos finales fijo (Champions y Supercopa de España),
perdiendo gente importante por el camino pero demostrando que el grupo está por
encima del resto.
La semana pasada me lamentaba
por la ocasión perdida, temía que este equipo se quedase sin ganar una liga que
le situase en la historia con mayúsculas, porque no nos engañemos, dentro de 20
años se hablará de este equipo, pero si hubiésemos perdido todo quedaría como
aquel equipo que estuvo a punto y no lo consiguió, con gloria en la historia
rojiblanca, pero no en la general, como el del 74, nosotros nos acordamos pero
seguro que el aficionado imparcial no recuerde quién subcampeonó ese año, al
igual que nosotros no sabemos quién fue subcampeón en el 83. Afortunadamente
eso no ha ocurrido, hemos ganado, disfrutemos todos estos momentos porque ya
forman parte de la/nuestra historia. Gloria a los campeones.