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Bendita rutina

Hubo un tiempo en el que el Atlético de Madrid pasó a llamarse Gilético de Madrid, un equipo sin alma, sin ambición y sin vergüenza, una caricatura de lo que en realidad era el Atlético. Un grupetto de jugadores capaces de sacarle los colores al hincha más acérrimo, ya lo hemos dicho otras veces a lo largo de esta temporada, el EQUIPO entrenado por Simeone ha arrojado al fondo del mar para siempre esos estigmas que nos colocaba la prensa, ganados a pulso en la mayoría de las ocasiones, bajo el abrigo de unos dirigentes que han sido más el problema que la solución. De hecho Simeone llegó de casualidad, para tapar la infamia creada por Manzano, cuestionado desde el primer día que llegó.

El Osasuna llegaba al Calderón como colista de Primera, con una acuciante falta de gol (menos de uno por partido) y sin saber lo que era sumar como visitante, difícil salida la de los rojillos. Contaba Vilanova ayer el mérito de ganar 25 de 27 puntos para todo un Barcelona que cuenta con varios de los mejores jugadores del mundo en su puesto, imagínense eso mismo en un Atlético con mayores apreturas de plantilla, sí, ese mismo del que se espera que "pinche" para empezar a cargarse de razón en sus pronósticos.

Pues se van a fastidiar una semana más (por no decir algo peor sonante), el Atleti cumple con oficio en los partidos, en muchas fases parece no estar, incluso se ve dominado por el rival, ahora bien, sabe a la perfección aprovechar sus ocasiones. Todo esto a pesar de un Raúl García que hoy no estaba, pese a su gol. En el minuto 2 falló a bocajarro un centro preciso de Filipe, no supo cruzar el disparo, poco después recibió un fenomenal pase de Gabi a la espalda de la zaga que, una vez controlado, no aprovechó desmayándose de manera infame.  

El Osasuna, desaparecido en combate, sólo una pérdida de balón de Mario, del que vengo avisando en varios partidos que se confía tanto que la caga en zonas comprometidas (de Selección, nada), posibilitó el robo de Armenteros con posterior rectificación de Miranda, impecable en la marca. Fue el propio brasileño el que se encargó de inaugurar el marcador tras una falta lateral botada por Gabi, el central entró al punto de penalty para desviar el balón lo justo.

Justo después de ese gol llegó la teórica puntilla, RG aprovechaba un monumental error del central pamplonica fusilando en el área por bajo al meta. Todo apuntaba a que el Osasuna se entregaría, incluso no nos hubiese extrañado una goleada a partir de ese momento, pero para nuestra desgracia apareció Lamah. El africano se cascó un partido horrible, desaparecido en combate, ni tan siquiera galopó en alguna contra como en él es habitual, lo que no le impidió cazar un balón muerto en el balcón del área para colocarla con una mezcla de precisión y potencia junto al palo de Courtois. Libro de toda culpa al belga, el disparo llevaba mala uva y había dos hombres tapándole la salida en el golpeo, simplemente felicitar al lanzador.

Después de esa jugada el partido se enfrió, sólo el miedo que infunde Falcao con su presencia y la banda Filipe-Cebolla sacaban al encuentro del letargo, pues los visitantes lejos de venirse arriba daban por bueno llegar al descanso uno abajo. RG pudo sentenciar, un pase del uruguayo hacia atrás ganando línea de fondo lo remata Gabi con potencia, estrellándose en un zaguero, el rechace le quedaba franco al navarro... pero volvió a resbalarse en el momento clave.

En la segunda parte más de lo mismo, dicen que nos vendremos abajo, incluso les oí decir a los comentaristas que con seguridad nos pasarán los tramposos, yo sólo voy a decir una cosa, al Atleti le crean pocas ocasiones, muy pocas, hoy no fue diferente. Un gran bloque comienza en una defensa impecable, como la que tenemos, con solidaridad en los esfuerzos, si lo aderezas con un par de tipos verticales y un delantero colosal, no veo tan sencillo derribar la muralla. Emre se marchó dejando paso a Adrián, el muchacho sigue sin llegar al nivel del año pasado, me relamo pensando en qué pasará cuando le llegue la inspiración, a pesar de todo sigue siendo un tipo que suma. Turan también salió por RG, se nota su calidad pese a estar renqueante.

La tarde culminó con el gol de Falcao, no podía faltar a su particular fiesta, pese al acoso al que se ve sometido por los defensas y la complacencia de un árbitro malo. Lahoz pertenece a esa clase de trencillas que a pesar de ser malos de solemnidad se creen buenos, si a Mou le gusta, qué van a decir los de la Central Lechera... El colombiano supo ganar la espalda a Arribas en un centro de Adrián.

El Atlético sigue sumando, ya cuenta con 25 puntos y un colchón de 7 puntos sobre el inmediato perseguidor, el Málaga. El Valencia, teórico rival directo, viaja a 14 puntos de distancia, un mundo. La próxima semana jugamos en Mestalla, partido importantísimo para confirmar nuestras aspiraciones y hundir un poco más a los chés.

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Falcao toma San Sebastián

El Atlético de Madrid puede presumir de delantero, esta frase se acopla a la perfección a toda la historia moderna de este club, desde que recuerdo hemos tenido grandes delanteros y si no lo fueron por nombre, cumplieron con números, desde el ascenso esos nombres han correspondido a Fernando Torres, Diego Forlán o Kun Agüero, pero ahora ese lugar lo ocupa un tipo dispuesto a dejar en pañales a estos jugadores, un depredador que el año pasado fue fundamental para casi asaltar la cuarta plaza (faltó un partido) y amarrar dos nuevos títulos continentales. Don Radamel Falcao García, va camino de hacer (aún más) historia.

Y es que el partido de Anoeta fue como el tiempo, desapacible, plomizo, al menos en una primera parte que no nos dejó nada para el recuerdo salvo los bostezos prolongados de los aficionados, ni el Atleti quería buscar la portería ni la Real estaba dispuesta a arriesgar más de lo estrictamente necesario. Montanier llevaba la lección aprendida, los rojiblancos aprietan en la presión en campo contrario, por tanto los donostiarras debían despejar ante el menor atisbo de pérdida, por descontado a Falcao le marcaban al hombre y bien "amarrado".

Por contra, Simeone planteó un partido extraño, Raúl García debía aparecer detrás de Falcao para intentar robar balones y salir rápido al contragolpe, bien a través de Adrián o bien a través de cederle el timón a Koke o Gabi. No salió así y el navarro naufragó ante la esterilidad de la presión, el balón viajaba constantemente por encima de su cabeza.

La Real pidió un penalty por manos de Gabi en el descuento de la primera parte, llevaban razón. Aparte de eso poco más, un par de desbordes por la banda izquierda de Filipe y Adrián, un centro de Mario que no remató bien RG, y ya digo, nada más.

Hablando de Mario, al muchacho se le ha encumbrado en el inicio de campeonato, hoy sin embargo no ha cuajado un buen partido, cometió una falta infantil en la frontal en la primera parte (la que dió lugar al penalty fantasma) cuando el atacante estaba casi cayéndose y perdió un par de balones tontos en la segunda parte por ir de sobrado. Atención y cabeza.

En la segunda parte cambió el guión, la Real se marchó al descanso metida en el campo rival y comenzó defendiendo, con un Atleti dispuesto a buscar con ahínco y corazón la portería de Zubikarai. Falcao comenzó teniendo un par de ocasiones, en una consiguió rematar y en otra le derribaron cuando había conseguido ganarle la posición a Iñigo Martínez . Los guipuzcoanos contraatacaban de la mano de Vela y Griezmann, de tal forma que ganamos en vistosidad.

Pocos después, Filipe enlazaba con Koke y éste disparaba duro desde el pico del área, obligando al meta a despejar como pudo, Falcao, atento, logró conectar en el segundo palo sin fortuna. Raro en él. RG dejaba el terreno de juego para dar entrada a Cebolla, buscando la velocidad del uruguayo. Sin embargo, el partido continuaba en una deriva extraña que no llevaba a ninguna parte,  dominado por imprecisiones en la creación.

Fruto de una de esas imprecisiones, Griezmann recoge el balón en el centro del campo con la posibilidad de encarar al único marcador rojiblanco que permanecía detrás del esférico, al otro lado libre de marca, Vela. Se pueden imaginar, balón al espacio para que el mexicano llegue con tiempo para pensar. Y precisamente eso le condena, control, Courtois sale a achicar espacios, dos defensas que llegan tarde e intimidan únicamente... balón que se marcha a las nubes incomprensiblemente. Dice una máxima del fútbol aquello de "quien perdona no gana".

Así sucedió, Cebolla recoge el balón en tres cuartos de campo, Illarra le agarra sin ningún disimulo, éste (que a pesado no le gana nadie) insiste en seguir hacia la portería arrastrando al mediocentro vasco durante unos metros. Exhausto cae en la frontal del área, minuto 90 y falta a favor del Atleti, Falcao la pide. El colombiano se encargó de ponerla suavemente al fondo de las mallas, un pase a la red en toda regla.

El Atlético se ha acostumbrado a ganar los partidos en el último minuto, pues ya van tres consecutivos, pasando de terminar pidiendo la hora en algunos encuentros a ser ejecutor en esa zona temporal. Gran botín el sacado en Anoeta, importantísimos tres puntos que nos permiten continuar como colíderes y aumentar distancias con otros hipotéticos rivales a principio de temporada. El juego será poco brillante, sí, pero los resultados saltan a la vista, ¿objetivos? Sólo el tiempo lo dirá.

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Colíderes

Sí, quizá el partido merecería otro título que hiciese referencia a él, o quizá no y haya que aprovechar la coyuntura para disfrutar del coliderato. El partido del Calderón comenzó después del Barça-Madrid del Camp Nou, ese hipermegasuperpartido del milenio que ven hasta en Marte, me gustaría saber qué cobertura y tratamiento se le da en otros países, nos podrá iluminar Wozniacki sobre Dinamarca, Álvaro sobre USA, Jugger en Chile y otros que se quieran animar a comentar.

El tema (que me voy por las ramas), es que cuando comenzó el encuentro el Barcelona era líder con tres puntos de diferencia sobre nosotros, el Málaga estaba a dos y el Madrid a cinco. Aparte, el fin de semana había salido a pedir de boca en lo relativo a los rivales, ninguno de ellos consiguió ganar, el Sevilla se dejó los tres puntos en Balaídos, el Mallorca perdió con el Granada, el Valencia con el Levante (se alejan peligrosamente de Europa los chés)... vamos, el típico partido que el Atlético pre-Simeone palmaba, por no ser más que sus rivales, se entiende. Pero este Atleti, no se parece en nada a los anteriores, y lo grandioso de todo esto es que poco a poco dejaremos de hacer referencia a ese pasado, viviendo el presente sin complejos.

Ese presente se llama Falcao, no porque el colombiano haya fagocitado al club y todo se deba a él, sino porque es la cara visible del engranaje montado por el Cholo, un EQUIPO que empieza en la defensa con unos asentados Godín y Miranda, unos laterales largos capaces de doblar durante todo el partido a sus interiores, que a su vez apoyan la labor de Mario y Gabi en el puesto de mando, Falcao aparece en escena para rematar cualquier balón con unos movimientos de ruptura fantásticos, innatos. Al Tigre le bastaron cinco minutos para desequilibrar el marcador, Emre centraba desde la banda izquierda, a la altura del pico del área grande, y el goleador le ganaba la espalda a Monreal batiendo en plancha a Willy Caballero. Gol inapelable.

El Atlético se sentía cómodo, buscó con ahínco el segundo gol a lomos de esa inercia positiva que le permite sumar de tres en tres. El Málaga se defendía como gato panza arriba esperando su momento, y también agradeciendo al árbitro que, fueras de juego mediante, les permitiese agarrarse al partido. A partir de la media hora el ritmo del Atleti se serenó, puede que por el agotamiento de Emre, buen partido, o por el avance de los malacitanos. En una jugada similar a la del gol atlético, Monreal centraba desde la izquierda y Santa Cruz remataba, en el debate de porterías, Courtois pudo hacer más. Minutos complicados hasta el descanso, Weligton complicó la vida hasta en dos ocasiones con sendos remates. El descanso vino bien.

En la segunda parte, Santa Cruz dejaba el paso a Saviola y con eso se intuía que Pellegrini apostaba por correr a la contra, justo lo que le gusta a Simeone, rapidez en la transición. Por eso le gusta el Cebolla Rodríguez, un jugador que podrá gustar más o menos, pero no se puede negar su rapidez, éste apareció a escena poco después de la reanudación por un fundido Emre al que le empezaba a pesar los 90 minutos del jueves. Con la entrada del Cebolla se gestó el correcalles que iba a convertirse los últimos minutos, llenos de tensión y tensión. En esos minutos pudo marcar cualquiera, principalmente el Atleti, que dominaba la situación y aprovechaba las transiciones rápidas para sorprender, pero también los visitantes probaban suerte de la mano de un Isco que cuando salió, apagó la llama blanquiazul. En esos minutos ya no estaba Adrián, otro tipo con velocidad que firmó su mejor partido del curso, pero sí un RG que poco a poco se redime de su pasado. Hoy no destacó, pero tampoco restó, algo habitual anteriormente.

Falcao deambulaba perdido por el césped, fundido tras un colosal esfuerzo después de una semana de inactividad, pedí mentalmente el cambio a Simeone por un Diego Costa que al menos plantease incómoda pelea a los centrales, pero el argentino tiene flor además de talento, y su apuesta por mantener al goleador contra viento y marea le salió bien. En el minuto 90 un balón colgado por Gabi al corazón del área encuentra en el segundo palo una cabeza (ahora no sé quién) que la pone hacia el primero, donde aparece Radamel con Weligton al suelo... el resto ya se sabe, gol que vale una victoria. Victoria que sabe a gloria.

El Atlético se sitúa colíder del campeonato, tan sólo por debajo en el diferencial de goles, sacándole cinco puntos a su rival de esta noche, un Málaga que pese a todo seguirá tercero, aunque la cortedad de su plantilla le lastrará a lo largo del campeonato.

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El Cebollazo

Bodrio infumable en el Calderón, así de claro y rotundo, hoy se vio uno de esos partidos plomizos que tan acostumbrados estábamos no hace tanto tiempo, un equipo rival que parecía sacado del furgón de cola de la Segunda española, unos locales insultantemente superiores sobre el papel, pero que con los descansos repartidos por Simeone era menos equipo, aun así suficiente como para ganar a los checos.
 
Con los descansos de marras, la defensa se convertía por arte de magia en una línea inédita hasta el día de hoy, con Kader, Díaz, Pulido y Cisma. Dos de ellos debutaban en la temporada, con eso queda dicho todo. De ahí en adelante, más o menos rodados hasta este partido.
 
Me niego a entrar en detalles sobre el encuentro, desde el minuto uno fue un despropósito en el que sin intensidad ni aparentes ganas (sólo Cebolla Rodríguez y Adrián esprintaban), permitiendo que los minutos pasaran lentamente. En la segunda parte, incluso empeoró con los cambios, sin Diego Costa desapareció esa referencia arriba y el abuso del centrocampismo fue la tónica.
 
En el último suspiro, cuando todo parecía indicar que acabaría con un reparto de puntos más que justo, Emre bota una falta lateral desde 40 metros hacia la frontal, allí esparaba un Cebolla libre de marca que, en un control en semifallo permite que el cuero se levante del piso, pero sin tiempo para pensárselo, revienta el balón hacia la portería checa con la fortuna suficiente como para que bata al meta por alto. Cebollazo en toda regla.
 
Esta victoria alarga la racha de quince victorias consecutivas en Europa y engrandece el record que ya poseía el Atlético desde que ganase la final de la Europa League ante el Athletic. A su vez, pueden permitirse seguir jugando con los suplentes al liderar el grupo en solitario. Esta es la suerte del campeón, disfrútenla.

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Toque de atención

Partido extraño en Cornellá, decía en la previa que era uno de esos en los que el Atleti pre-Simeone la solía pifiar bien pifiado, rival en pleno bache futbolístico y psicológico, entrenador cuestionado, Atleti en buen momento... pinchazo al canto. Pero los tiempos han cambiado y todo hacía presagiar que se ganaría mejor o peor con una alta probabilidad.

El Cholo, con Falcao fuera de combate, prescindía de salida del bueno de Adrián para dar una nueva oportunidad a Raúl García por detrás del meritorio Costa. El resto del equipo, salvo Tiago por Gabi, era el de los teóricos titulares, la idea era que los laterales se prodigaran en ataque aprovechando que Koke y Arda se metían hacia dentro. Hasta ahí vale.

Pronto nos dimos cuenta que el partido no carburaba, unos daba la sensación que no podían (locales) y los otros no querían, aquello de ganar con lo mínimo, oiga. Diego Costa era una isla que se fajaba en vano con los centrales. A la media hora de juego, una falta lateral desde 30 metros encontró a RG en el punto de penalty entrando libre de marca desde atrás, el resto de la historia ya lo saben, gol por bajo junto al poste de Cristian Álvarez.

El Español ni se enteró, en la línea de lo que se veía sobre el terreno de juego, y pese a que el Atleti jugaba al ralentí, perderían por alguno más si no ponían remedio pronto. Pochettino debió pensar lo mismo y al instante modificó el esquema retirando a C. Gómez (mediocentro) y colocando a Rui Fonte (delantero) en el campo. Tampoco es que cambiase mucho la cosa, o nada vaya. Así se llegó al descanso.

Por si no se había aburrido el espectador, en la segunda parte fue a peor, al menos del lado rojiblanco. Claramente se dio un paso atrás preocupante que permitió avanzar las líneas a los periquitos 10 metros, pasando a jugar en campo rival y agobiando a la zaga rojiblanca. El Cholo decidió rápidamente sacar del campo a Koke y meter a Gabi, cuando a mí me estaba pareciendo que el canterano no estaba siendo el peor ni mucho menos, pero galones deben mandar. El propio Arda, que pocos minutos después se lesionaría, firmaba un partido esperpéntico, con un abuso constante de la conducción y perdiéndose en regates que no llevaban a ninguna parte y disparos a destiempo, un disparate. El turco dio paso al Cebolla, un jugador cuya mayor virtud es la velocidad para desbordar a sus marcadores, el partido quizá necesitaba un hombre como él o como Adrián.

El Español siguió a lo suyo, buscando sacar petróleo de la confusión visitante, ya fuese con un penalty o con una jugada de estrategia, Longo intentó lo primero sin encontrar premio a su picardía y Stuani lo segundo, éste sí estuvo muy cerca con un cabezazo.

Adrián salió por Diego Costa, que había visto la amarilla en una falta que reflejaba su frustración tras pelear por enésima vez un balón dividido, pudo marcar tras un contragolpe que finalizó con recorte al defensor e intento de batir por bajo a Álvarez (lo paró con la rodilla) al igual que el Cebolla se había ido al suelo en otro intento de finalizar una contra.

El partido murió con victoria rojiblanca y un Español que pese a intentarlo insistente durante toda la segunda parte no obtuvo premio. Aviso sin castigo a un Atlético que jugó con fuego, falló pases sencillos en el último tramo del partido y dio esperanzas a un rival que le faltaba poco para besar la lona, ante otros rivales de mayor enjundia habrá que salir con otra mentalidad (quizá fue cierta relajación tras una primera mitad de paseo).

Lo mejor, los tres puntos. El Atlético llegará segundo al partido del Málaga, tercero e invicto, si logran ganar los colchoneros hablaríamos de una buena brecha respecto al resto de equipos.