Durante el día de ayer mandásteis crónicas ya fuese vía blog o vía mail sobre el partido de anoche, es decir, adelantando la crónica en cuestión. Por joder (más que nada), decidieron que ninguno de vosotros acertaría ni en el juego durante el partido ni en el resultado final. De todas las que me llegaron, la de Perico fue la más elaborada y que a su vez "más se acercó sin pasarse al resultado justo". Además, me dijo antes de comenzar que sería un partido con campo mojado y poco ambiente dada la climatología y que lo echaban por la tele. Como premio a su esfuerzo la colgaré, ahí va:
El Atlético cumple por los pelos ante la pasividad transalpina y se encomienda al golaverge general.
En el fútbol se está dejando de acudir a esa máxima famosa que dijo Linecker de “el fútbol es un deporte donde juegan 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes/italianos” (elíjase la que se prefiera, aunque el británico se refirió explícitamente a los alemanes). Empiezan a cambiar las tornas, en Atleti en un mal partido, puso más, quiso más y ganó, sin hacer un partido brillante. Sólo aseado, donde se apreciaron fallos y que no termina de engrasarse el juego de los locales. Sigue chirriando el engranaje, aunque se evidenció un poco de evolución en comparación con los últimos partidos y se evidencia que los jugadores con talento han de dar un paso al frente, como ayer se pudo apreciar.
Noche fría en el Calderón y terreno de juego en complicadas condiciones a causa de las fuertes lluvias de los últimos días, apreciándose zonas encharcadas donde no podía rasearse el balón. Los locales salieron con su equipo de gala, con las lógicas modificaciones provocadas por la ausencia de Silvio y Reyes, lo que facilitó la alineación de Manzano, poniendo de salida a Curtois, Filipe Luis, Godín, Domínguez y Perea en defensa, Mario Suárez, Tiago, Diego y Arda, en la media y Falcao y Adrián de delanteros, en un claro 4-4-2.
El Udienese salió a esperar, dando el balón y casi tres cuartas partes del campo a los atléticos, que salieron en tromba para intentar marcar en los primeros minutos. Se jugó más con el corazón que con la cabeza, intentando imprimir un ritmo alto al partido, metiendo balones a Falcao pero sin conseguirlo, básicamente por el complicado estado del terreno del juego y el entramado defensivo montado por los italianos. Se apreciaron intentos de llegada por parte de los centrocampistas, especialmente de Tiago y Diego. En los balones parados se notó la incorporación de Godín y Domínguez, que incomodaron a los defensas italianos. EL uruguayo, dada la superioridad numérica en defensa, en varias fases del partido se incorporó al centro del campo provocando atascos y embarullamientos, en vez de aprovecharse de esa ventaja.
Pasado el primer cuarto de hora, en esta situación de querer y no poder, volvió el Atleti a su tónica habitual de juego lento y horizontal, en el minuto 20 Floro Flores puso un balón peligroso a Abdí, que no pudo batir a Curtois en un claro uno contra uno. Pecó de bisoño y no se atrevió a picar el balón estrellándolo contra el pecho del portero, que salió rápido para tapar huecos. Nuevamente el belga hizo gala de sus condiciones espectaculares. Casi de seguido en un nuevo ataque de los italianos, volvieron a aprovecharse de un despiste defensivo de Domínguez, dando un pase al hueco a Flores, quien fue objeto de un claro penalti de Filipe Luis no cobrado por el árbitro, que estuvo “caserillo” toda la noche.
Comenzó el run-run en las gradas y aparecieron los primeros cánticos habituales contra Manzano y Magil, pero la suerte estuvo con el Atletico, pues llegado el minuto 30, Diego cogió un balón pasado el círculo del centro del campo, fintó a su marcador y dio un pase interior a Turan quien lo recogió casi en la línea de fondo del ala derecha del ataque atlético, fuera del área, regateó a su par en una baldosa y vio desmarcado a Falcao, poniéndole el pase de la muerte entre el punto de penalti y la raya del área. La defensa italiana sólo pudo empujar por detrás al colombiano. Penalti claro y expulsión. La pena máxima fue transformada por Radamel.
La tranquilidad volvió a la grada, desperdiciándose dos ocasiones en los minutos posteriores, ante el desaguisado defensivo que padeció el Udinese hasta que el medio centro, reconvertido temporalmente en central, ajustó su posición. Se pecó de individualismo por parte de Turan, quien tras un robo de balón al borde del área, presa de su inspiración, prefirió disparar demasiado cruzado, teniendo desmarcados a Falcao y Adrián.
La otra ocasión la tuvo Falcao ante un pase medido de Filipe Luis, que falló por poco perdiéndose la pelota por el poste derecho de la portería italiana.
Una vez realizado el cambio por los italianos, saliendo un nuevo central, el Udinese ajustó líneas y mantuvo controlado el juego los últimos 10 minutos de la primera parte.
Llegado el intermedio, el público se frotaba las manos ante el espejismo visto al final de la primera parte, donde la presión funcionó una vez quedaron con 10 los italianos, robándose balones y generando dos claras ocasiones de gol. Se pensaba que contra 10 sólo se trataría de mantener la tónica, pero el Atleti salió tranquilo, a nadar y guardar la ropa, intentando no cometer los dos errores peligrosos incurridos en la primera mitad. Así el reloj fue consumiéndose en ante un juego anodino, en un campo donde cada vez pesaban más las piernas por el transcurso del tiempo y lo complicado del terreno de juego, que comenzaba a embarrarse en algunas zonas. Atasco en el centro del campo, exceso de jugadores donde nadie se ofrece ni juega sin balón. Se renunció al ataque por el ala derecha. Los porteros no tuvieron que emplearse. El juego se hizo más tosco y violento, teniendo que amonestar el árbitro a tres jugadores italianos por reiteración de faltas o juego violento. Perea tuvo que hacer una entrada a destiempo para corregir un fallo previo (su regalo habitual) y Mario, minutos después, deslizándose por el suelo realizó una dura entrada con los tacos al medio centro italiano. Esto desembocó en una tangana donde Pelocho vió tarjeta amarilla, junto con otro jugador italiano.
Esta situación volvió a dar vida a los de Udine, quienes en el minuto 70 se aprovecharon del cansancio de Tiago y las complicaciones de Diego para jugar en un campo tan pesado. Saque largo de portería, pasados 15 metros del círculo central Floro Flores hace de pivote y da un pase al interior izquierdo italiano, nuevamente ante un despiste defensivo de los locales, coge la espalda a la defensa en un auto pase, lo que obliga a Perea a entrarle por detrás casi en el pico del área atlética, iba a entrar en el área y encarar en un uno contra uno, lo que provocó la expulsión del defensa colombiano, ante las críticas del público, pues interpretaba que si bien era cierto que entraba sólo, se hallaba bastante escorado. La amarilla era clara y ya tenía una antes. Poco importa discutir sobre si era segunda amarilla o roja. La falta se sacó sin peligro, se lanzó contra la barrera.
Ahora se jugaban los últimos 15 minutos 10 contra 10. Manzano cambió a Pizzi por Turan, voluntarioso toda la noche, acertado en los regates, vistoso en su juego pero que abusó de individualista en casi todas sus intervenciones. No había otra alternativa, era el único efectivo para jugar por la banda derecha. Desde que salió se apreció que su misión era únicamente defensiva. Manzano escoró un poco más a Godín, para que auxiliara al interior reconvertido a lateral. Mario retrasó algo su posición, casi a central, sacó a Tiago y metió a Gabi. Adrián se retrasó unos metros quedando Falcao solo en punta. 5-3-1. Para eso que hubiera sacado a Assunçao, pero esta vez le salió bien el cambio al mister.
El tiempo fue pasando con la apariencia de que ambos equipos se conformaban con el resultado. Máxime cuando los italianos se quedaron con 9 por la doble amarilla de otro de sus defensas (su lateral derecho, tras hacer otra falta a Filipe, que esta vez quiso buscar la línea de fondo). El escaso público anima agradeciendo el esfuerzo de los locales y la superioridad numérica. Era un partido importante y el respetable fue algo más condescendiente. Llegado el minuto 85, Filipe Luis, Gabi y Diego inventan una triangulación rápida. El brasileño, viendo desmarcado a Adrián le pone un pase en el pico derecho del área pequeña. Falcao había ido al primer palo arrastrando a la defensa. El asturiano prefiere no rematar a puerta, para la pelota con el pecho, la pisa y da un pase atrás a Gabi, que llega en carrera al semicírculo del área; chuta con todo el alma, rebotando el balón en la defensa italiana, pegando en el palo derecho del portero y paseándose por la raya de gol. La defensa italiana intenta despejar el balón. Barullo. La pelota pega en un jugador atlético y Falcao, atento y trabajador toda la noche, coge el rechace, se encuentra sólo y chuta en semifallo con la pierna izquierda, entrando la pelota a media altura, sin que la defensa nada pudiera hacer. Esta vez la suerte estuvo con el Atlético.
2-0 en el marcador. Remontado el resultado, los italianos, ahora con 9, intentaron hacer en los últimos minutos lo que no quisieron hacer durante todo el partido. Se cambia a Koke por Diego. Pasados 4 minutos del descuento el árbitro pitó el final, escuchándose algunos silbidos del respetable, que no se había manifestado anteriormente, ante lo importante de la cita, lo apretado del marcador, las expulsiones, el juego ultradefensivo, casi violento, de los visitantes y lo obligado de los cambios.
Sabor agridulce. Partido flojo, lento y espeso, donde se apreció que este equipo, si estuviera mejor preparado en todos sus aspectos (físico y táctico), podía haberlo solventado con facilidad y sin pasar apuros. El esfuerzo realizado obligará a hacer cambios para el próximo partido de liga (Filipe, Diego y la baja obligada de Mario por acumulación de tarjetas). Lo mejor el resultado, la intervención decisiva de Diego en las jugadas claves, la vistosidad de Turan, la movilidad de Adrián, y la recuperación de sensaciones de Falcao, ante las ayudas del segundo delantero. El talento individual empieza a apreciarse.
Perico.