Demasiado tarde
Abusando del tópico, en el Domingo de Resurrección el Atlético despertó, cual Lázaro. Esa sería la versión que habrán leído los atléticos en prensa y medios (yo aun sigo desconectado), en realidad habría que decir que el Atlético jugó un partido aseadito, sin demasiadas exigencias en el que salió victorioso porque puso más sobre el campo y porque posee más, qué coño.
El Levante llegaba al Calderón como equipo revelación de la temporada, con el presupuesto reducido a la mínima expresión (seguramente en Segunda encontremos alguno mayor), con serias dudas sobre su permanencia en Navidad y prácticamente salvado -42 puntos- a falta de 6 jornadas para el final con una segunda vuelta estupenda, pero de verdad, no como la que iba a cumplir Forlán y no llega. Después del partido me voy con la sensación de siempre, la Liga es una mierda absoluta en la que un equipín apañado logra colocarse 9º a poco que le ha puesto coraje y corazón (¿les suena?). Eso habla fatal del nuestro, a poco que hubiesen cumplido deberían luchar codo con codo con el Valencia y Villareal, pero ya saben qué rachitas hemos sufrido… entre la desidia y el tedio, sobre todo eso último, ¡y que no falte!
A estas alturas ya sabrán que fue el día del Niño, esa jornada en la que comprando una entrada te regalan otra para que vaya un menor de 12 años contigo… ¿y al abonado? A ese que le den por saco, que pague la entrada del niño si quiere llevarle y sino que se joda. Cracks. El caso que el campo presentaba una entrada bastante buena para tratarse de un día festivo, retorno de vacaciones.
Elías nos mostró una cara desconocida, al menos para servidor, bullicioso todo el encuentro tanto para lo bueno como para lo malo. Debería calmarse a la hora de defender, esas patadas tan llamativas costaron un penalti y varios sustos, pues alguna fue al aire… pero le aprobamos por el momento, veremos cómo evoluciona. Su gol tempranero de falta fue una grata sorpresa, si bien Munúa cantó bien cantado.
Quien no me gustó fue Juanfran, me desesperan los tipos que se lían ellos solos, que abusan del amago porque realmente no saben hacer otra cosa, que ni tan siquiera poseen un cambio de ritmo aceptable. Quizá sea muy duro, lo sé, pero no me convence.
El árbitro nos anuló dos goles dudosetes, el primero al Kun Agüero que a mí me pareció gol legal pues partía en línea con la defensa -muy buena la definición del argentino- y otro a Diego Costa que remató en el segundo palo un centro desde la derecha, éste sí puede serlo pues el brasileño no se quejó en demasía.
Con posterioridad a esas acciones llegó el gol levantino merced a un penalti clamoroso de Elías sobre Caicedo. El propio ecuatoriano se encargó de transformarlo en el empate. ¿He comentado lo malo, torpe y dañino que resulta RG en cualquier zona del césped que le pongas? Sí, sí, hasta en la banda molesta.
En la segunda parte el partido se convirtió en un toma y daca, la diferencia en el marcador la explica la efectividad de unos y otros. El Kun se exhibió marcando dos goles, el primero de un disparo ajustado a la cepa del poste y el segundo de un penalti discutible (y discutido).
Pudieron caer goles del lado valenciano, pero entre De Gea y la incapacidad de los rematadores no llegaron. Como aquel saque de banda rápido que termina en remate de Caicedo, aquella contra con un disparo defectuoso desde el pico del área grande o ese cabezazo de un central sin oposición que no pasó ni cerca. Lo dicho, un equipo serio nos hubiese jodido la vida en alguna de esas.
El cuarto y definitivo gol llegó en un corner botado por Elías, el brasileño pone el balón al primer palo, RG no sé si llega a conectar con el esférico… y Munúa se lía introduciendo él la pelota en su meta.
Siguiendo el sainete, minutos después casi repite acción. Un centro al corazón del área rebota en un central, golpea a Munúa en la cabeza y… queda muerto a escasos centímetros de la línea de gol. El portero logró atraparla enseguida, pero si hubiera habido un rojiblanco cerca no lo duden, quinto gol.
Quique, en una decisión rarita, retiró a Juanfran para que Forlán gozase de unos minutos para foguearse y romper su sequía. La decisión fue discutible por el movimiento táctico, colocando a Diego Costa en banda permutando posición en determinados momentos con el Kun. El uruguayo la tuvo, pero mano a mano con el portero cruzó en exceso… en definitiva, partido cómodo en el Calderón que deja a los rojiblancos con un colchón de cuatro puntos sobre el Español (octavo) y a dos del Athletic (quinto), demasiado tarde para pensar en una cuarta plaza, demasiado tarde para empezar a cumplir con lo que se espera de este equipo en casa.